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AUDIOS MP3 - PODCAST

Huérfanos descerebrados
 

Genes, educación y familia
 

Machos, hembras, abortos y efecto Bruce


Decisiones inconscientes


El cerebro y la construcción de la realidad


Emociones e inteligencia, Ignacio Morgado


Un amor de bacterias


¿Cómo aprendemos? ¿Qué son las emociones? ¿Cómo surge la conciencia?
Francisco J. Rubia (Intro en catalán y resto en castellano)









En 1966 hicieron un programa de ordenador que simulaba a un psicoterapeuta rogeriano no directivo. El programa se llamaba ELIZA y estos son el tipo de diálogos que surgían con el paciente:

Paciente:....Todos los hombres son iguales.
ELIZA: EN QUÉ SENTIDO
Paciente: Siempre nos están insistiendo en una cosa u otra.
ELIZA: ¿PUEDE PENSAR EN UN EJEMPLO ESPECÍFICO?
Paciente: Bueno, mi novio me obligó a venir aquí.
ELIZA: SU NOVIO LE OBLIGÓ A VENIR AQUÍ.
Paciente: Dice que estoy deprimida la mayor parte del tiempo.
ELIZA: ME APENA OÍRLA DECIR QUE ESTÁ DEPRIMIDA.
Paciente: Es cierto que no soy feliz.
ELIZA: ¿CREE USTED QUE VENIR AQUÍ LA AYUDARÁ A DEJAR DE SER INFELIZ?
Paciente: Necesito ayuda, eso seguro.
ELIZA: ¿QUÉ IMPLICARÍA QUE RECIBIERA AYUDA?
Paciente: Tal vez aprendería a llevarme bien con mi madre.
ELIZA: HÁBLEME MÁS  DE SU FAMILIA

El programa funcionaba utilizando frases con estructuras pre-almacenadas, generando respuestas predeterminadas ante palabras clave, como "madre" y repitiendo lo que se introducía en el programa con unos pocos cambios en el orden de las palabras.

Ahora viene lo más interesante:

La gente que utilizaba el programa se sentía muy unida a él a pesar de saber que sólo era una máquina la que generaba las palabras. Y algunas personas querían incluso acudir a una consulta regular con el programa ELIZA en privado.

Fuente: Psicología del lenguaje. De los datos a la teoría. Harley, Trevor A. Editorial McGraw-Hill