"La investigación es una obligación ética con las generaciones
venideras". Pedro Miguel Echenique
La escuela es un nodo al que se conectan muchas familias por lo que se maximiza la intervención social si se dota a estos grandes conectores sociales de recursos e intervenciones específicas |
La sociedad ha cambiado y
aparecen nuevas necesidades que solamente la escuela puede satisfacer si cuenta
con los medios necesarios. Las nuevas patas de la mesa tienen que ser:
- Atención Temprana dentro del colegio para los niños y las familias
- Más maestros y auxiliares por aula de 0 a 6 años y en primaria
- Investigación científica en la escuela
Debemos tener en cuenta y prepararnos para los
movimientos sociales que se nos vienen encima en lo personal, lo laboral y lo
social, porque son de profundo calado para todos:
Los sueldos más bajos, y según
parece, más personas sin trabajo por culpa de los robots y la Inteligencia
Artificial, el aumento de las familias monoparentales y la destrucción de las
redes de apoyo tradicionales como eran los amigos, los familiares cercanos, los
vecinos que ayudaban, etc.
La globalización imparable trae consigo
mayor movilidad por motivos económicos y sociales. Lamentablemente la inmigración es un factor
de riesgo en salud mental y en el que hay que poner especial cuidado para una
adecuada integración social que no suele ser fácil, al perder: familia, amigos,
lengua, cultura, costumbres, religión, valores, raíces, … produciéndose sentimientos de desarraigo que se transmiten a los hijos, incluso a los hijos de los hijos que han nacido y han sido educados aquí, aumentando la conflictividad social futura.
Cuando hablamos de atender al
niño y a la familia, hablamos de crear
un contexto óptimo de desarrollo. Por lo tanto, el proceso de intervención ha
de estar centralizado e integrado en el colegio, porque las familias y su
sistema relacional lo tienen cada vez más difícil, sean inmigrantes o no.
La escuela infantil debe de pasar de ser pre-escolar a ser
socio-atencional e integradora. Esto implica un cambio de concepto, no
basta con la atención a los padres y a los niños que estamos haciendo ahora, hemos
de ir a trabajar junto a los padres, los niños y los maestros.
Las recomendaciones y pautas
comportamentales en un despacho con los padres es hacer trampa. Muchas de las cosas que dicen los
profesionales no funcionan. No se lleven las manos a la cabeza. Decir lo que se
tiene que hacer no es lo mismo que enseñar a hacer. Atender al niño una hora a la semana en el centro de AT y a los padres una hora al mes en el despacho es ineficaz en la mayoría de las ocasiones.
Aprender se aprende haciendo con
una persona que sabe más que uno, mano a mano. Desde la charla, el mal profesional
no deja de estar sentado en su torre de marfil y su ego no deja de crecer mientras culpabiliza a los padres o al maestro por no conseguir mejorar los problemas de sus hijos o alumno.
Para pisar realidad, y junto a los triunfos los fracasos de forma realista, los profesionales de la
Atención Temprana deben estar a pie de obra con los padres y los maestros en los contextos
donde el niño se desenvuelve, donde el niño aprende a vivir y entender el
mundo.
Por más vueltas que se le den, la
escuela es la mejor de las ubicaciones posibles para las intervenciones y no
solamente para la intervención, sino que es un marco perfecto para la investigación
con grupos de control en ambientes naturales. No podemos sacar a los niños de los centros para hacer estudios, pero sí podemos ir a los colegios a estudiarlos.
El mejor sitio para evaluar científicamente
las medidas y los tratamientos es el colegio, ¿por qué no hay investigadores en
los colegios? ¿Cuál es el presupuesto en investigación en Atención temprana y
en la infancia? ¿Qué líneas de investigación tenemos abiertas?
Muchos de los
tratamientos y pedagogías que predicamos no están basados en la mejor evidencia
disponible, se hacen porque “siempre” se ha hecho así o porque suenan bien. Tenemos que poner a prueba
nuestros postulados. Y sin observación y registro objetivo y sistemático de lo observado no es posible.
Los niños con Necesidades Educativas Especiales pueden relacionarse menos en el aula con sus compañeros disminuyendo su integración y sus posibilidades de mejora |
Nos queda mucho por hacer si no nos auto-engañamos y establecemos las políticas que realmente nos dotan de las personas y los medios suficientes para poder hacerlo.
En definitiva, nos jugamos nuestro futuro social en la medida que nuestras instituciones dan o no respuestas rápidas a nuestras necesidades humanas y que debido a los cambios tecnológicos y sociales asociados sufren cambios cada vez más a un ritmo vertiginoso.
Ya no tenemos ni los niños ni las familias de antes, son distintos, y necesitamos saber si las terapias y la educación que realizamos son adecuados para ellos o hay que hacer cambios.
Señores, despierten, el futuro lo estamos creando nosotros ahora, reaccionando a lo que nos sucede.
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