“La explicación es un error bien
vestido”. Julio Cortázar
Existen preguntas como la de qué
es más importante, si los genes o el ambiente, pero esta es una pregunta
trampa. Los genes y el ambiente están entretejidos enmarañadamente.
Hay personas que piensan que los
genes no tienen nada que hacer en nuestra vida ya que la educación que nos dan
los padres y la escuela es lo importante y está por encima de la herencia
genética. Estas personas quizás tienen la necesidad de creer en la ilusión de
control y huir como de la peste de hipotéticos determinismos. Otras personas,
en cambio, piensan de forma contraria y aceptan una inmovilidad, incluso con
estoicismo, es ese: “no me extraña, lleva los genes de su padre”.
Lo que a veces no comprenden, ni
unos ni otros, es que tanto lo cultural como lo genético se comunican y pueden
ser ambos en interrelación determinante o no. Con el nivel de conocimiento
actual no se puede desligar genes-conducta-sociedad. Todo va en el mismo
paquete haciendo más difícil o más fácil las intervenciones preventivas,
educativas, terapéuticas y sociales.
Aunque el enfoque bio-psico-social
está extendido, muchos hacen más hincapié en lo social. Es como si el
pensamiento humano negara lo biológico porque se le escapa. Cualquier exceso de
variables intervinientes abruma y por lo tanto se reduce a lo social, algo que
es más manejable mentalmente; porque el ser humano es social y eso, en cierta
manera, es un mundo más cercano y entendible como actuable.
Si pudiéramos saber hasta donde
los padres moldean a sus hijos con su educación y el tipo de apego en la
crianza, quizás podríamos mejorar las intervenciones. Lástima que nadie nos
pueda asegurar que nuestros esfuerzos se vean recompensados, incluso si este
nivel de control sobre la influencia genes-ambiente en determinadas manos es
deseable.
Imaginaros si somos malos padres
pero nos creemos buenísimos. Un niño que es en cierta manera inmune o difícil a
la crianza tendría una gran suerte. Ya sea por caer en padres obsesionados por
crianzas super-estupendas y sobreprotectoras o por padres negligentes por
desatención o malos tratos. La naturaleza parece optar por la variabilidad y es
por eso que tenemos niños bien respondientes a nuestra educación y otros que lo
ponen bastante difícil seamos buenos o malos padres. ¿Quién tiene dos hijos
iguales en su misma casa? ¿Por qué hay ovejas blancas y ovejas negras?
El ser humano está compuesto de tendencias
más o menos modificables. Los estudios sobre la psicología de la personalidad
indican que muchas características de personalidad tienen heredabilidades del
30% al 50%, lo que deja al ambiente de un 50%
a un 70% de protagonismo. Así que los rasgos psicológicos humanos tienen
un componente genético innegable.
Pero la cosa se complica como
para hablar de tantos por cientos. Esto de la heredabilidad no es exactamente lo
que la gente entiende por heredabilidad de padres a hijos a manera coloquial. Son
cálculos estadísticos estimados para las poblaciones, no para el individuo y
podrían ser fluctuantes porque una determinada heredabilidad puede ser
favorecida por un tipo de ambiente estable determinado pero también hay que
considerar que si los ambientes cambian, entonces la heredabilidad puede
cambiar. Además el individuo inicia actividades y proyectos propios que pueden modificar el ambiente y su interrelación con la genética.
Conviene recordar que no todo el pescado se vende en la infancia. Hay genes de expresión tardía y los individuos evolucionan según su proceso evolutivo interactuando con el ambiente. Aunque también parece que el valor de la heredabilidad con la edad aumenta y va disminuyendo la influencia del ambiente. Es como si las personas fueran creando o buscando el ambiente que correlaciona con sus tendencias genéticas.
Conviene recordar que no todo el pescado se vende en la infancia. Hay genes de expresión tardía y los individuos evolucionan según su proceso evolutivo interactuando con el ambiente. Aunque también parece que el valor de la heredabilidad con la edad aumenta y va disminuyendo la influencia del ambiente. Es como si las personas fueran creando o buscando el ambiente que correlaciona con sus tendencias genéticas.
Por ejemplo, los individuos con
genotipo introvertido responden de manera diferente a los individuos con
genotipo extrovertido al mismo ambiente. Resumiendo, que es más difícil ver a los
introvertidos en las discotecas que a los extrovertidos.
Otra cosa que llama la atención
es la diferencia entre el ambiente compartido y el ambiente único. Los
ambientes compartidos por hermanos, vivir en la misma casa con las mismas
normas, etc. son importantes para algunos rasgos pero para otros muchos rasgos
de personalidad (por ejemplo, la extroversión y el neuroticismo), los ambientes
compartidos no parecen importar.
Hay estudios de gemelos idénticos
que indican que la paternidad, las prácticas de crianza y la educación en
valores pueden no tener los mismos efectos entre hermanos de una misma familia.
El ambiente puede ser muy
puñetero para el todo el mundo, hasta para los que hacen estudios, y parece ser
que las influencias más responsables de la personalidad se sitúan en las
experiencias únicas de cada niño más que en el ambiente compartido. ¿Qué
significa todo esto? Pues que muchas de estas experiencias exclusivas del bebé,
del niño, del adolescente o del joven pueden no estar en el control de los
padres por muy competentes y padrazos que sean.
El problema es que gran parte de
las teorías explicativas que aparecen en muchos libros se han centrado en las
actitudes de los padres hacia la crianza de los niños surgiendo infinidad de
manuales apelando a la crianza con apego, la crianza positiva, la crianza
espiritual, la crianza incondicional, etc. Esto hace que muchos psicólogos,
pedagogos, educadores sociales y padres sigan pensando en un mundo simple en el
que las explicaciones comportamentales se quedan encerradas entre los padres/madres
y los hijos.
Entre los muchos autores que se
han dedicado a este tema; Segal (1999) habla de cierta heredabilidad de
actitudes, creencias religiosas, orientaciones políticas y comportamientos de
salud.
Hay cosas curiosas como que los individuos bajos en emocionalidad negativa y altos en restricción recuerdan su ambiente familiar inicial como cohesivo en extremo. Para poder explicar esto se ha buscado una interpretación en función de la correlación genotipo-ambiente (hay tres tipos principales de correlaciones genotipo-ambiente: pasivo, reactivo y activo): los individuos calmados no neuróticos pueden promover en realidad la calma y la cohesión en su ambiente familiar, creando, por tanto, una descendencia que fomenta más su personalidad calmada y controlada.
Hay cosas curiosas como que los individuos bajos en emocionalidad negativa y altos en restricción recuerdan su ambiente familiar inicial como cohesivo en extremo. Para poder explicar esto se ha buscado una interpretación en función de la correlación genotipo-ambiente (hay tres tipos principales de correlaciones genotipo-ambiente: pasivo, reactivo y activo): los individuos calmados no neuróticos pueden promover en realidad la calma y la cohesión en su ambiente familiar, creando, por tanto, una descendencia que fomenta más su personalidad calmada y controlada.
La complejidad del mundo nos
debería inducir a pensar que como humanos no podemos ver el nivel de
determinismo o indeterminismo social o genético que sufre un niño sin jugar a
tirar los dados. Pero esto a su vez, no
quiere decir que lo genético no tenga importancia o que la educación lo pueda
todo.
Nadie puede hacer sonar una melodía en una trompeta sin aire o sin trompeta, y la forma de la trompeta y la acústica del recinto condiciona su sonido.
Nadie puede hacer sonar una melodía en una trompeta sin aire o sin trompeta, y la forma de la trompeta y la acústica del recinto condiciona su sonido.
Heredabilidad de los trastornos mentales más comunes
(valor entre 0 y 1)
|
|
Trastorno
mental
|
Heredabilidad
|
Autismo
|
0.9
|
Trastorno bipolar
|
0.6
|
Esquizofrenia
|
0.4-0.8
|
Trastorno obsesivo-compulsivo
|
0.45
|
Depresión
|
0.45
|
Anorexia nerviosa
|
0.65
|
Trastorno de pánico
|
0.30
|
Alcoholismo
|
0.40-0.50
|
Déficit atencional con hiperactividad
|
0.5
|
Nota: las personas solemos malinterpretar el
concepto de heredabilidad como el grado de determinación genética. Es un parámetro
estadístico. No es aplicable al individuo. La heredabilidad se limita al
momento y a la población en la que se ha obtenido. Y las circunstancias
concretas en las que se realiza la investigación pueden exacerbar o minimizar
la influencia de los genes sobre las diferencias fenotípicas.
Para saber más:
Randy Larsen, David Buss.
Psicología de la personalidad. Dominios del conocimiento sobre la naturaleza
humana (2ª edición) Editorial MCGRAW-HILL. 2005
Abril Alonso, Águeda del et al.
Fundamentos de psicobiología. Editorial: Sanz y Torres. 2009
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