domingo, 2 de abril de 2017

Llevar los equipos de Atención Temprana al centro escolar


Puedes diseñar y crear, y construir el lugar más maravilloso del mundo, pero se necesita gente para hacer el sueño realidad”. Walt Disney

Por una Atención Temprana centrada en la familia y centrada en el colegio.
Por una Atención Temprana centrada en la familia y en el colegio
¿Dónde se quedan todas las leyes, cursos de formación y charlas sobre la inclusión y la atención a los niños con necesidades educativas especiales en su aplicación real en los colegios?

La belleza de las palabras y los deseos en PowerPoint sobre la escuela inclusiva y sobre los roles colaborativos son papel mojado. Las intenciones se quedan escritas en muchos papeles, mientras las escuelas no tienen ni espacios físicos con el material imprescindible ni a las personas necesarias para hacer efectiva la integración real con las intervenciones esenciales.  Hemos de cambiar la vida de las escuelas que quieren ser inclusivas. Tanto documento normativo y de buenas prácticas y luego cuán lejos queda todo en el día a día de las escuelas. 

El mejor entorno para intervenir es el colegio, es junto a la intervención en el hogar el de mayor eficacia, porque es un contexto natural lleno de horas y horas de relación, y por lo tanto facilita el mantenimiento de los logros o por el contrario su cronificación. 


Si tenemos en cuenta las horas necesarias para instaurar conductas, hábitos y aprendizajes. Estos no suceden sin la repetición paciente y ajustada de los padres, los maestros y los niños, día a día. Y hay que recalcar esto, es día a día: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo; y de manera contingente a lo que sucede cuando sucede. 

No es tan fácil que el aprendizaje surja cuando nosotros queremos, en el límite de una hora a la semana, justo cuando va a terapia y la profesional se empeña, porque es cuando tiene asignada una intervención y no hay más. Resulta que esto que llamamos ser humano no funciona así. 

En muchos niños con necesidades educativas especiales los tiempos, los ajustes, las paciencias, reclaman una atención completa e individualizada, porque no pueden seguir el ritmo de la institución o de la clase. Hay niños que cualquier cambio los inestabiliza, desde cambiar la calle por donde acostumbran a venir al colegio a que sea la fiesta de carnavales y es un día que no se parece a los demás. 

La mejor opción para todos los niños, maestros y padres, es la habilitación de un espacio dentro del colegio para la Atención Temprana donde un equipo multidisciplinar trabaje, desde dentro, coordinadamente con los maestros, consultores y pedagogía terapéutica (PT).

Este equipo de Atención Temprana en el centro escolar, debe contar con sus espacios donde atender a los niños:  

Debe tener material adecuado para evaluación, diagnóstico y tratamiento. Material de logopedia, fisioterapia y psicomotricidad. Espacios para niños en crisis, para recibir a padres, para hacer las intervenciones más especializadas, etc. 

En un sitio así, un colegio que incluye la Atención Temprana, el niño no sale del centro para ir al fisioterapeuta, al psicomotricista terapéutico, al psicólogo o a los centros de Atención Temprana externos. Así conseguimos que los padres no se vuelvan locos de un lado a otro, porque el centro gestiona al niño desde la globalidad, en todas sus dimensiones y necesidades, psicopedagógicas o incluso algunas sociosanitarias. Desde que los padres dejan al niño en la escuela a las 9 de la mañana ya va a tener un servicio integral sin desplazamientos.

Y ganamos mucha rapidez y coordinación real en la intervención. La unidad de intervención integrada debería ser el colegio más su unidad de Atención Temprana. Ya que gustan mucho los acrónimos, podríamos llamarlo CEATI (Centros Escolares con Atención Temprana Integrada).

Por Dios, centrada en la familia y en el colegio
Por Dios, centrada en la familia y en el colegio
Un fallo importante con los niños graves, con los disruptivos o profundamente miedosos, es que se les piden conductas que no son capaces de realizar. Y la sensación de los maestros es de una enorme impotencia. Cuantas veces se escucha: “es que ya no sé qué hacer, lo he probado todo. He pedido pautas a la PT, a la orientadora, pero no me sirve”. “No puedo atender a los niños correctamente, porque este niño necesita una atención exclusiva y no tiene un auxiliar este año”. 

Estamos hablando de que esperar meses o un año en estas edades es jugarse una evolución más positiva de estos niños o incluso su futuro, ya que si la intervención no tiene la suficiente intensidad no puede provocar cambios importantes. No puede ser que no se satisfagan en el momento que se detectan las necesidades. ¿No es fallarles el tener que esperar un año a generar el recurso que destine un especialista de apoyo educativo a un niño? ¿O esperar a que haya un diagnóstico grave para justificar burocráticamente el uso de un auxiliar de aula? Si fallamos aquí, en el colegio, podemos estar quebrando la maravillosa intervención en Atención Temprana que estamos subvencionando.

Estos tiempos institucionales no son los tiempos de maduración del cerebro de estos niños. Las ventanas de plasticidad neuronal se pasan disminuyendo la eficacia de las medidas tomadas. Las reformas deben de ser de más calado y rápidas para ser realmente eficaces en la Atención Temprana. En niños de menos de 6 años, unos meses de espera es mucho tiempo.

La Atención Temprana debe ser centrada en la familia y centrada en el colegio. Este es el gran cambio que debemos hacer. Más y mejores intervenciones en domicilios y colegios. En aquellos sitios en los que padres, maestros y niños necesitan aprender más sobre los trastornos y dificultades para mejorar sus vidas. 

Ya que es un blog sobre psicomotricidad, quiero hacer especial hincapié en la buena utilización de la psicomotricidad educativa y terapéutica. Es habitual bajar al gimnasio o al aula de psicomotricidad con la clase entera. Es lo más cómodo desde el punto de vista organizacional. Pero más de 15 niños juntos en psicomotricidad puede ser demasiado. 

Lo óptimo sería dividir en dos grupos de 10 niños e ir con esos a psicomotricidad, porque se tiene más capacidad de observación sobre lo que pasa en la sesión, porque se pueden gestionar mejor los espacios, el material, a los niños con sus dificultades o miedos, y algo primordial: para los niños con problemas o inseguridades les resulta más seguro relacionalmente.

Otra idea interesante es el uso de la psicomotricidad por las maestras de pedagogía terapéutica (PT), si la PT junta a un grupito bien pensado de 4 niños con necesidades detectadas y se los lleva a psicomotricidad a trabajar con ellos, posiblemente sea la mejor intervención que se pueda hacer en estas edades de educación infantil dentro del marco actual.

Esto implica para el centro tener disponibilidad de varias aulas de psicomotricidad, con material adecuado y en el número suficiente, junto a maestros formados que puedan realizar estas sesiones. 

Creo firmemente que estas medidas son las más rentables desde el punto de vista social. Que esta unión de la Atención Temprana con el colegio supone una verdadera mejora de la sociedad, porque la base de crear una sociedad más justa e igualitaria, es dar recursos y formación a la familia y a los maestros.

3 comentarios:

  1. Hola, Javi:

    Me encantan los textos que escribes en relación a la Atención Temprama y con este último has dado en el clavo. Bueno, a mí por lo menos, así me lo parece.

    ¿Tienes relación con los que están trabajando en el decreto sobre la AT? Sería muy interesante que tuvieran conocimiento de todo esto que escribes tu.

    Un agradecidísimo saludo.

    Aritz

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  2. Hola Aritz:


    Los cambios de esta envergadura vienen cuando hay una suficiente masa social que entiende, reclama y está dispuesta a priorizar estos enfoques sobre otros.

    Es necesario la petición de estos cambios por parte de los padres, los maestros, los profesionales y de la sociedad en su conjunto. Y ha de hacerse público, en cada conferencia, en cada curso de formación, en cada información. Desde abajo, hasta que llegue hasta arriba, como un clamor ineludible.

    Mientras un gran número de personas no vean como de obligada justicia social y se movilicen, pidiendo una y otra vez estos cambios; hasta que las personas que tienen el poder político las asuman como suyas,no hay nada que hacer. Puesto que los gestores hablan en términos de costes: "no hay, no se puede. Los recursos son limitados".

    Tenemos una ventaja, cada vez está más claro que invertir en la infancia tiene una mayor tasa de retorno social. Invertir en la infancia es ahorrar en gasto social futuro. Por lo tanto, aumentar más el presupuesto escolar, no es crear deuda, es crear futura riqueza.

    ¿Qué precio tiene disminuir el sufrimiento, el fracaso escolar, el acoso escolar, la autoestima, la depresión, las dificultades de los que nacieron con peores cartas que nosotros?

    Estos niños que sufren pueden ser nuestros hijos o los hijos de los consejeros, de los políticos, etc.

    El bienestar es sistémico y hay que actuar sobre los vectores, sobre los nodos sociales más importantes. La escuela, es el nodo al que se conectan los niños y las familias, tenemos entonces una responsabilidad para hacer más fuertes y mejor dotados a estos nodos vertebradores de la sociedad.

    Cartas y firmas a los partidos políticos y a los cargos electos. En escalada creciente, de los padres y maestros a los directores de colegio, de los directores a los consultores, de los consultores a los consejeros de educación, etc.

    Es la forma de transmitir a los dirigentes que el mundo ha cambiado y que necesitamos nuevas soluciones. Si están a nuestro servicio tienen que escucharnos y hemos de ser muchos.

    El mundo viejo es lo de hay, el mundo nuevo es lo que tenemos que construir entre todos y todos nos necesitamos.

    Gracias por tu comentario Aritz.

    Javi

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  3. Pues, ¡Hagamoslo! ¿A que/quien esperamos?

    Aritz

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